El negocio de Portugal con la cannabis

Exploramos el contraste en Portugal entre la extensa producción de cannabis medicinal y la limitada disponibilidad local, destacando las barreras que enfrentan los pacientes.

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Portugal, conocido por su postura progresista sobre las drogas, enfrenta una paradoja verde que pone en jaque a pacientes y legisladores: es uno de los principales productores de cannabis medicinal en Europa, pero sus propios ciudadanos luchan para acceder a él legalmente.

En el corazón de esta dicotomía está la impresionante cifra de 11 toneladas de cannabis exportadas en 2023, contrastando dramáticamente con los apenas 17 kilogramos vendidos dentro de las fronteras portuguesas. Esta situación deja a muchos pacientes en un limbo, dependiendo del mercado negro para obtener sus medicamentos, a pesar de la legalidad de la planta.

La única opción de cannabis medicinal disponible legalmente en Portugal proviene de Tilray, un productor canadiense, y se vende a un precio exorbitante de 150 euros por una caja de 15 gramos. Este precio no solo supera ampliamente las tarifas del mercado negro, sino que también escapa a la cobertura del seguro médico. Además, la prescripción de este producto está restringida a pacientes con siete condiciones específicas, dejando a muchos otros sin opciones legales.

A unos 30 minutos en coche al norte de Lisboa, las instalaciones de Somai Pharmaceuticals zumban con actividad, simbolizando el auge de la infraestructura de cannabis en el país. A pesar de su producción de avanzada, la ironía persiste: ninguno de sus productos está disponible para el mercado portugués. Michael Sassano, fundador de la compañía, expresa un cauto optimismo sobre el futuro, mencionando que están a la espera de la aprobación de nuevos productos que podrían aliviar esta escasez.

El estigma y la desinformación también juegan un papel crucial en esta problemática. Muchos médicos portugueses aún no están familiarizados con los beneficios y aplicaciones del cannabis medicinal, lo que se traduce en una falta de prescripciones. La doctora Ana Rita Andrade, una de las pocas expertas en el país, dedica su tiempo a educar tanto a pacientes como a colegas sobre las posibilidades terapéuticas del cannabis.

La situación en Portugal refleja un desafío más amplio que enfrenta la Unión Europea: la necesidad de una política coherente y comprensiva sobre el cannabis medicinal que priorice el acceso de los pacientes sobre los intereses comerciales. Mientras Portugal continúa liderando en producción, la pregunta sigue en el aire: ¿Cuándo podrán los pacientes locales beneficiarse realmente de esta industria en auge?

Este dilema no solo plantea cuestiones sobre la regulación y el mercado del cannabis medicinal, sino que también pone de relieve la urgente necesidad de reformas que aseguren que los avances en la legislación realmente se traduzcan en mejor acceso y calidad de vida para los pacientes que más lo necesitan.

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