La autografía de Harry, ex Enrique de Sussex, dejó un escándalo más para la familia real inglesa, confesando lo que ya todos -de alguna u otra forma- sabíamos (no cualquiera se disfraza de nazi para halloween): Consumió cocaína, marihuana y se fue en pálida con hongos.
El esposo de Meghan Markle confesó -por primera vez en público- haber fumado cannabis en Eton, un colegio de la alta sociedad británica ubicado en el pueblo del mismo nombre de la región de Berkshire. Es un colegio reconocido porque “grandes británicos” han salido de ahí y porque tiene un costo elevadísimo: casi 25 millones de pesos al año.
Pero no queda ahí. Hubo una época donde Harry se fue por las drogas más duras como relata en sus páginas: “Por supuesto que había estado consumiendo cocaína en esa época”. “En la casa de campo de alguien, durante un fin de semana de caza, me habían ofrecido una línea, y desde entonces había hecho unas cuantas más”, dice el libro.
“Era una joven de 17 años profundamente infeliz, dispuesta a probar casi cualquier cosa que alterara el statu quo. Eso era lo que me decía a mí mismo”, continúa describiendo sus experiencias bajo los efectos de diversas drogas. Harry describió cómo sus amigos fueron a la nevera a tomar algo, escribiendo: “Mientras la puerta estaba abierta, vimos una enorme caja de bombones de setas diamante negro(…)Alguien detrás de mí dijo que eran para todos. Sírvanse, chicos. Mi compañero y yo cogimos varios, los engullimos y los regamos con tequila”.
Los miembros de la Casa Real, según el The Sun, han mantenido reuniones de crisis al comprobar que las afirmaciones eran aún más sorprendentes de lo que temían. Guillermo y Carlos han guardado un digno silencio, pero sus ayudantes dicen que están profundamente “entristecidos” por el ataque.
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