Se filtra el plan alemán para legalizar la cannabis

Los planes de Alemania para despenalizar la compra y tenencia cannabis, se trata de un proyecto de reforma largamente esperado y que cumpliría la promesa electoral de reforma de la hierba de la coalición de centro-izquierda que llegó al poder el año pasado. La reforma, filtrada el miércoles al grupo periodístico RND, permitiría la venta de cannabis en tiendas autorizadas, farmacias y poder cultivar en casa, pero prohibiría la publicidad para promover el consumo y limitará el porcentaje de THC.

El llamado documento de base que ha circulado para su discusión en el gobierno representa un paso gradual hacia la propuesta y aprobación de una legislación que podría entrar en vigor durante esta legislatura. Pero, en cuanto a su importancia, representa un paso decisivo hacia la regulación de la planta en la nación más poblada de la UE y una oportunidad potencialmente enorme para la industria. Alemania permitió la venta de cannabis medicinal en 2016.

Cuando se le preguntó sobre el informe en una conferencia de prensa regular, una portavoz del Ministerio de Salud dijo que los departamentos gubernamentales relevantes aún están discutiendo el proyecto de ley y que los detalles podrían cambiar. Hablando ante la cámara baja del parlamento este mes, el ministro de Salud, Karl Lauterbach, dijo que la legislación para legalizar el cannabis tendría como objetivo central la protección de la salud de las personas.

El documento es el resultado de una investigación de meses de Burkhard Blienert, comisario de estupefacientes de Alemania, que ha tenido que complacer a una amplia gama de grupos de interés y a los tres partidos de la coalición que prometieron la legalización en noviembre de 2021.

Su plan, en el que se basaría la legislación una vez que el resto del gobierno del canciller Olaf Scholz lo firme, despenalizaría la compra y posesión de hasta 20 gramos de cannabis por parte de los adultos. También sería legal cultivar hasta dos plantas de cannabis en casa y se está estudiando la posibilidad de permitir “tiendas especializadas con opciones de consumo”, o coffee shops en el lenguaje común.

Además, debe haber un límite del 15 por ciento de THC, una sustancia psicoactiva, en el cannabis que se vende legalmente. Para los adultos jóvenes de entre 18 y 21 años, el cannabis no debería contener más del 10 por ciento de THC. Por último, el cannabis que se venda en Alemania debería ser de producción nacional para evitar conflictos con el derecho internacional.

¿Mega regulación?

Desgraciadamente para Blienert, no todos los miembros de la coalición están de acuerdo con su plan y es posible que tenga que sufrir más cambios para conseguir la mayoría parlamentaria necesaria para promulgar las reformas, algo que, según los legisladores, podría ocurrir el año que viene. Y es que la propuesta dejó preocupados a activistas y consumidores por los límites que se impondrían.

En un comentario a Politico, el ministro de Salud alemán dijo que la coalición de gobierno todavía no se ha puesto de acuerdo con un plan para regular la cannabis.

Pero la portavoz de política de drogas del Partido Liberal Democrático (FDP), Kristine Lütke, fue clara al decir que el borrador es “innecesariamente restrictivo”. Los topes de THC, los límites de posesión y las regulaciones más estrictas hasta los 21 años “llevarán a los consumidores al mercado negro”. Un desastre para la juventud, la salud y la protección del consumidor”, tuiteó.

Kirsten Kappert-Gonther, vicepresidenta de la comisión de salud de los Verdes, criticó la “obediencia anticipada” a la hora de importar cannabis. No importar y obedecer la “rudimentaria” legislación de la UE podría significar que la demanda de cannabis no puede ser satisfecha. Un vacío que llenaría el mercado negro.

Así pues, el tan esperado documento angular se convertirá ahora en el tan debatido documento angular.

Este debate será seguido de cerca a nivel internacional. No sólo porque Alemania es la mayor economía de la UE y desempeña un papel modélico en este ámbito, sino también porque se persigue una legalización integral, con regulaciones, controles y transparencia a lo largo de toda la cadena de valor, ya que en Alemania nada se deja al azar.