La Cámara de Representantes del Parlamento marroquí aprobó este martes por 61 votos a favor y 21 en contra el uso industrial y terapéutico del cannabis. El país adoptó un proyecto ley de “usos lícitos” del cannabis que le permitirá regular parte de un mercado hasta ahora controlado por traficantes, pero el uso recreativo de la sustancia seguirá siendo ilegal.
Las autoridades del mayor productor mundial de cannabis no quieren desaprovechar lo que consideran una gran oportunidad en el mercado mundial del uso terapéutico. Los estudios de viabilidad que presentó el Ministerio del Interior en su día cuentan con un crecimiento anual del 30% en el mundo y del 60% en Europa.
Según el estudio presentado por el Ministerio del Interior, la legalización de los usos terapéuticos e industriales del cannabis, además de suponer una oportunidad para la economía nacional, permitiría “la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los agricultores locales” y su “protección frente a las redes de tráfico”. También figura entre los objetivos “revertir” los efectos adversos para el medio ambiente que ha generado la sobreexplotación de las tierras.
El proyecto ley contempla la creación de una agencia estatal encargada de regular todo lo relativo al cannabis, desde la importación de las semillas hasta la producción, transformación, comercialización y exportación. Entre las competencias exclusivas de la agencia figura también la emisión de las autorizaciones de cultura y producción del cannabis.
No obstante, también hay expertos que se muestran escépticos respecto a la rentabilidad del negocio. Estos últimos estiman que en Europa hay mucha competencia, que el mercado europeo del cannabis terapéutico está restringido, por el momento, a Portugal, Alemania y el Reino Unido. Y que las grandes compañías farmacéuticas, como GSK o Pfizer, no se han animado aún a producir un medicamento derivado del cannabis.