Tras 11 meses preso: Comienza juicio contra usuario de cannabis medicinal en Punta Arenas

Después de pasar casi un año en prisión preventiva, Eduardo Leiva finalmente fue llevado a juicio por cultivar cannabis para fines medicinales. Otro inocente más criminalizado por los organismos persecutores.

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Esta semana comenzó el juicio oral en contra de Eduardo Leiva, detenido el 23 de julio del 2020, tras un allanamiento realizado por el OS7 de Carabineros en la ciudad de Punta Arenas. Leiva, que es activista de la Fundación Daya, no desconoció que la droga incautada era suya, pero la utilizaba para su salud mental. “Reconocí que tenía marihuana y que era para mi consumo exclusivo, propio y próximo en el tiempo”, señaló citando la Ley 20.000.

Se refiere a la jurisprudencia que ha ido marcándose en el Poder Judicial, donde el consumo está justificado bajo ciertos términos, y que los organismos persecutores como el Ministerio Público y las policías han hecho caso omiso. Situación que este paciente tenía justificadas.

Eduardo Leiva es un paciente psiquiátrico con diagnóstico de trastorno de personalidad limítrofe, quien, después de grandes esfuerzos de su parte y prolongados tratamientos e internaciones voluntarias, logra funcionalidad en todos los ámbitos de su vida. Así lo reconoce Andrea Riviera, ex pareja de Leiva, quien mandó un mensaje en su apoyo:

“Estoy nerviosa pero con toda la fe del mundo en que a Eduardo le vaya bien, más ahora que su niñita lo necesita tanto, que Dios lo ayude en todo. Lleva casi un año Mia sin ver ni abrazar a su papá. Espero que mañana sea un gran día. Hablé con Eduardo y él está nervioso también pero está más preocupado de su hija y de no poder estar acá con su niñita en este complejo momento”, dijo Riviera a Fundación Daya.

En este equilibrio y reinserción social y laboral, el uso del cannabis jugó un rol relevante para la gestión de su salud y bienestar, evitando conductas auto lesivas, incursionando en el uso de formatos saludables, como aceites y comida, más vaporización, con la asesoría de Fundación Daya, en virtud del informe del psiquiatra del Servicio de Salud de Magallanes.

Al acusado también le decomisaron una balanza y un rollo de bolsas Zyploc, ocupadas por los traficantes para regular y vender drogas. Consultado por el fiscal Manuel Soto, el imputado señaló que él no vendía marihuana. “Es para dosificar mantequilla, harina, azúcar… El chocolate se pesa y se derrite… Es para repostería”, aseguró.

Dudoso de que las plantas de cannabis estaban destinadas para consumo personal, el fiscal Manuel Soto le consultó sobre la cantidad de plantas incautada. “Hacía aceite de cannabis para mí y mi hija. Para hacer aceite se necesita mucha marihuana”, dice.

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