Los prohibicionistas y los medios de comunicación que promueven el miedo a menudo intentan desalentar el apoyo popular a la reforma del cannabis alegando que el consumo de cannabis por parte de menores puede causar daños cerebrales. Algunas de estas afirmaciones se basaban en investigaciones obsoletas, pero los científicos están descubriendo ahora que es el alcohol, y no la hierba, el responsable de estos problemas de desarrollo.
Un nuevo estudio publicado en la revista Biological Psychiatry se suma a las crecientes pruebas de que el alcohol perjudica el desarrollo del cerebro de los adolescentes de un modo que no lo hace la hierba. Para llevar a cabo este estudio, los investigadores recopilaron datos sobre el consumo de drogas y alcohol a lo largo de la vida de 436 gemelos, todos ellos de 24 años de edad, y utilizaron resonancias magnéticas para determinar el grosor de regiones específicas del cerebro de cada sujeto.
En un estudio de sujetos no emparentados, puede ser difícil saber si la composición genética única de cada individuo o su educación familiar influyen en los resultados del estudio. Pero cuando se trata de gemelos, los investigadores pueden comparar dos individuos con una genética y un historial familiar casi idénticos, lo que facilita la exclusión de estos factores de confusión.
En anteriores investigaciones de neuroimagen se ha encontrado una relación entre la capacidad intelectual de un individuo y el grosor de su corteza cerebral. Para el presente estudio, los investigadores escanearon el grosor de varias regiones importantes del cerebro de cada sujeto, y luego observaron si los gemelos que se abstuvieron de consumir drogas tenían córtices cerebrales más gruesos que los gemelos que bebieron o se drogaron en su adolescencia.
Los investigadores descubrieron que los gemelos que bebieron más alcohol en la adolescencia tenían las cortezas cerebrales menos desarrolladas que los gemelos que bebieron menos, pero no encontraron ninguna relación entre el consumo de marihuana y el grosor cortical. “No se observaron asociaciones significativas entre el consumo de cannabis y el grosor”, escribieron los autores del estudio, según NORML.
No es la primera vez
Estas conclusiones confirman los resultados de otras investigaciones recientes. En 2017, un estudio similar encontró pruebas sólidas de que el alcohol puede dañar el cerebro, pero no encontró ninguna relación entre el consumo de cannabis y el daño cerebral en adultos o adolescentes. Y otro estudio de gemelos de 2016 también encontró cero pruebas que vinculen el consumo de marihuana en adolescentes con problemas neurocognitivos en adultos.
En 2012, un equipo de investigadores de la Universidad de Duke publicó un estudio que sugería que las personas que consumían cannabis en la adolescencia tenían un coeficiente intelectual más bajo que las que no lo hacían. Los prohibicionistas abrazaron estos hallazgos, pero la comunidad científica señaló algunos defectos graves en esta investigación. En 2019, los autores del estudio original desacreditaron por completo su estudio anterior con nuevas investigaciones que mostraban que estos déficits de CI estaban causados por factores socioeconómicos, no por la hierba.