En un contundente llamado a la comunidad internacional, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha declarado que la guerra contra las drogas ha fracasado “completa y absolutamente”. Sus palabras, pronunciadas en una conferencia en Varsovia, se suman a un creciente coro de voces que exigen un cambio de paradigma en la política de drogas global.
Türk instó a los líderes mundiales a abandonar las estrategias punitivas y represivas que han dominado durante décadas, y a adoptar un nuevo enfoque centrado en la salud pública, los derechos humanos y la reducción de daños. “La criminalización y el castigo de las personas que consumen drogas no ha hecho más que agravar el problema”, afirmó Türk. “Es hora de poner a las personas por encima del castigo”.
El Alto Comisionado subrayó la necesidad de que las políticas de drogas se basen en la evidencia científica y las mejores prácticas, y que incluyan las perspectivas de las personas que consumen drogas. “Debemos escuchar a quienes han sido más afectados por la guerra contra las drogas”, dijo Türk. “Sus experiencias y conocimientos son esenciales para diseñar políticas efectivas y compasivas”.
Un llamado a la acción en un momento crucial
Las declaraciones de Türk llegan en un momento en que varios países y organismos internacionales están reconsiderando sus enfoques hacia el control y la regulación de las drogas. La legalización del cannabis en Canadá, Uruguay y varios estados de EE.UU., así como la despenalización de la posesión de drogas para uso personal en Portugal, son ejemplos de un cambio de paradigma que se está extendiendo por todo el mundo.
“El fracaso de la guerra contra las drogas es evidente”, señala un informe reciente de la Comisión Global de Políticas de Drogas. “Las políticas represivas han generado violencia, corrupción, violaciones a los derechos humanos y un mercado negro incontrolable. Es hora de adoptar un enfoque más humano y efectivo”.
El llamado de Türk a un cambio de rumbo en la política de drogas es un paso importante hacia un futuro más justo y saludable. La despenalización, la reducción de daños y el acceso a tratamientos basados en la evidencia son elementos clave de un nuevo enfoque que priorice la salud y el bienestar de las personas.
“La guerra contra las drogas ha causado un daño incalculable”, concluye Türk. “Es hora de pasar página y construir un mundo donde las políticas de drogas se basen en la compasión, la ciencia y el respeto a los derechos humanos”.