En un giro que marca un antes y un después en la lucha por el acceso al cannabis medicinal en Chile, Miriam Azócar se convirtió en la primera persona en Ñuble en ser sobreseída de cargos relacionados con el cultivo de marihuana. Así lo asegura La Discusión, refiriéndose tras a una redada policial en 2023 que culminó en una victoria legal que sienta un precedente crucial para miles de pacientes que buscan alternativas naturales para tratar sus dolencias.
El 27 de febrero de 2023, Miriam Azócar enfrentó el miedo y la incertidumbre cuando su hogar fue allanado por las autoridades. Cinco plantas de cannabis, su medicina para el Lupus Eritematoso Sistémico que padece hace más de dos décadas, fueron incautadas. Pero su historia no comenzó allí.
Su camino hacia el autocultivo fue motivado por la desesperación ante un sistema de salud pública que le fallaba. Tras años de tratamientos ineficaces y dificultades para acceder a atención médica adecuada, Miriam encontró en la Fundación Daya una comunidad y una esperanza.
Como muchos pacientes de enfermedades crónicas, Miriam descubrió en la cannabis un alivio que la medicina tradicional no podía ofrecerle. Su caso ilustra la realidad de innumerables chilenos que recurren al autocultivo como último recurso ante la falta de opciones y el estigma que aún rodea a esta planta.
Tras un largo proceso judicial de un año y siete meses, Miriam fue finalmente sobreseída el 4 de septiembre. El tribunal reconoció su derecho al autocultivo medicinal, amparado en la nueva ley que permite esta práctica bajo prescripción médica.
Un precedente legal y una llamada de atención
La victoria de Miriam no es solo un triunfo personal, sino un hito que sienta las bases para un cambio en la percepción y regulación del cannabis medicinal en Chile. Su caso pone de manifiesto la urgente necesidad de educar a las autoridades y a la sociedad sobre los beneficios de esta planta y el derecho de los pacientes a acceder a ella de forma segura y legal.
Como señaló la diputada Ana María Gazmuri, fundadora de Daya y testigo clave en el caso de Miriam, “la mala explicación de la ley ha significado violentar vidas de familias chilenas”. Es hora de que las autoridades tomen medidas concretas para garantizar que la ley se aplique de manera justa y que los pacientes como Miriam no sean criminalizados por buscar alivio para sus dolencias.
El sobreseimiento de Miriam Azócar es un rayo de esperanza en un panorama que a menudo se ha visto nublado por la prohibición y el estigma. Su historia nos recuerda que la lucha por el acceso al cannabis medicinal es una lucha por la justicia, la compasión y el derecho a la salud.