Dispenseree, la empresa de distribución de hierba ilegal inglesa que busca la legalización

“Do you love weed?”, dice su sitio web, “tenemos buenas noticias para ti. Ahora, con Dispenseroo, puedes comprar todo lo relacionado con la hierba. Con envío al día siguiente si haces tu pedido antes del mediodía”.

Se trata de una ‘start-up’ británica de reparto ilegal de cannabis está generando millones de libras en ingresos a menos de un año después de su creación, según su fundador que se hace llamar “S”. Dispenseree, como dirían en el fútbol tiene huevos. A diferencia de otros mercados de drogas en línea opera en la web abierta y según su fundador ya cuenta con miles de clientes gracias al boca a boca.

Entrevistado por el The Independent, dijo que cualquiera puede ingresar a su sitio, se encuentra fácilmente a través de motores de búsqueda populares como Google y DuckDuckGo, lo que le ha permitido crecer diez veces en los últimos meses. Asegura que nunca había vendido drogas antes de poner en marcha Dispenseree, y que sólo creó el servicio por la frustración que le producían las “arcaicas” leyes sobre el cannabis en el Reino Unido.

“Hay una gran diferencia entre las drogas duras y la hierba”, dijo. “Hay mucha desinformación e imágenes negativas para los que están mal informados. Pero muchos de nuestros clientes consumen cannabis por razones médicas y para tratar enfermedades complejas como la depresión.”

Un portavoz de la National Crime Agency dijo al periódico inglés que se trataba de un asunto policial, mientras que la policía central inglesa no pudo confirmar si hay una investigación en curso sobre la puesta en marcha. Ni el gobierno le entregó información.

“S” se negó a decir exactamente cuánto está ganando el sitio actualmente debido a preocupaciones de seguridad, pero dijo que estaba enviando miles de pedidos cada semana, lo que sugiere que los ingresos mensuales han superado un millón de libra esterlina. Algo así como mil millones de pesos chilenos.

Los envíos vienen en bolsas selladas al vacío para ocultar el olor y se entregan a través de servicios postales tradicionales como Royal Mail, el correos de Chile británico. Los clientes de Dispenseree con los que habló The Independent describieron el servicio como cómodo, aunque ligeramente caro en comparación con los vendedores ambulantes.

Muy similar al servicio que se entrega en Chile con los dispensarios o en países donde la marihuana ha sido regulada o legalizada. Pero claro, aquí no existe un vacío legal como en Chile donde permite este tipo de operaciones.

No sólo opera en la web abierta, sino que ofrece muchos de los mismos servicios que las empresas legales. Hay opciones de entrega al día siguiente, atención al cliente por chat en directo -con el mismo horario de lunes a viernes que otros minoristas-, así como sorteos y promociones periódicas.

Dispenseree pretende ser “tan revolucionario como el servicio de reparto de comida” que le sirvió de inspiración. Pero Deliveroo ha emprendido acciones legales contra la start-up, en una batalla que S describe como una contienda de “David contra Goliat”.

Un portavoz de Deliveroo declaró a The Independent que se ha presentado una queja ante el registrador del sitio web de Dispenseree y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, alegando la “imitación obvia y sustancial” de su marca.

“S” afirmó que Dispenseree considera que “nuestra lucha con Deliveroo no es más que otro obstáculo que debemos superar”. Pero la empresa también anunció en su sitio web que en el futuro cambiaría su marca a “Dispenseree”.

Dispenseree también está siendo investigada por Transport for London (TfL) después de que se publicaran anuncios no autorizados de la web en el metro de Londres. Dispenseree tiene previsto llevar su publicidad “al siguiente nivel” en 2023, al tiempo que aboga por una legislación más favorable al cannabis:

“Nunca esperé que creciera tan rápido”, afirma. “Nunca había vendido drogas en mi vida antes de que se creara Dispenseree… También soy una persona muy normal, independientemente de la profesión que elija”.

“Lo único que intento demostrar es que puede existir una plataforma para vender hierba de forma limpia y segura. Si se reformaran las arcaicas leyes del Reino Unido seríamos potencialmente un negocio totalmente legal y generador de impuestos que podría ayudar a reparar economías como en la que vivimos.”