Una granja de cannabis encontrada en un tribunal de justicia cerrado en West Bromwich es la última de una serie de lucrativos cultivos de hierba descubiertos ocupando instituciones y negocios abandonados y afectados por la austeridad en el Reino Unido.
La policía se incautó el domingo de 2.000 plantas de la fábrica de cannabis que operaba en el interior del antiguo tribunal, que cerró como parte de una campaña de reducción de costes de 41 millones de libras del Ministerio de Justicia en 2011 (Algo así como 44 mil millones de pesos chilenos). Un hombre de 34 años fue detenido como sospechoso de cultivar cannabis cuando se encontró el cultivo, pero posteriormente fue puesto en libertad sin cargos.
La industria británica del cannabis ilegal, de más de 2 billones de pesos chilenos, ha prosperado y se ha expandido en los últimos 15 años, con la policía luchando por mantener el ritmo, y ha demostrado ser mucho más resistente a la austeridad que el sistema de justicia penal encargado de detenerla.
En noviembre del año pasado se encontró una granja de cannabis en el interior de otro juzgado de paz abandonado, en Halton, en Runcorn, Cheshire, cerrado por el Ministerio de Justicia en 2017 para ahorrar dinero. El mes pasado se encontró una gran fábrica de cannabis en una comisaría de la Isla de los Perros, en el este de Londres. La Policía Metropolitana la cerró y vendió a principios de este año como medida de ahorro. En marzo se encontró una granja de hierba en la comisaría de Edgware, en Harrow, cerrada en 2017 como parte de los recortes presupuestarios de la policía impulsados por la austeridad. Otra granja fue descubierta en la abandonada comisaría de Failsworth, en Oldham, cerrada en 2013 debido a los recortes presupuestarios de la policía.
La realidad del negocio en inglaterra
Es más, las cuadrillas de marihuana han optado por utilizar las instalaciones cerradas como tapadera para cultivar su producto a la vista de todos en pueblos y ciudades de todo el país.
Las bandas de cultivo ilegal de hierba no solo han tenido más éxito en mantenerse a flote que los tribunales y las comisarías, sino que han trasladado sus negocios a una serie de instituciones y negocios golpeados por la austeridad, como pubs abandonados, escuelas, clubes nocturnos, residencias de ancianos, oficinas de correos y decenas de tiendas cerradas en las calles de todo el Reino Unido.
“Existe la evidente ironía de que empresas e instituciones fracasadas sean absorbidas por una industria ilegal”, afirma Gary Potter, criminólogo de la Universidad de Lancaster especializado en el mundo del cultivo secreto de cannabis en Gran Bretaña. Pero hay una gran demanda, grandes beneficios y es fácil montar operaciones de cultivo en edificios abandonados, así que existe la motivación y la oportunidad”. Parte de esta ironía es que una industria legal del cannabis proporcionaría grandes ingresos fiscales, además de empleo”.
Las estimaciones de la producción total de cannabis ilícito en el Reino Unido oscilan entre 255 y 735 toneladas anuales. Parte de la industria está dominada por los gánsteres, responsables de altos niveles de violencia y explotación, en particular de los trabajadores albaneses víctimas del tráfico.
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