No. La hierba no previene el COVID-19 ni lo hará en un futuro, pero los científicos están encontrando sorprendentes conexiones especialmente para un posible tratamiento post positivo de Covid con la cannabis.
Un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Chicago ha encontrado pruebas de que el cannabidiol, o CBD, un producto de la planta de cannabis, puede inhibir la infección por el virus COVID-19 en células humanas y en ratones. El estudio, publicado el 20 de enero en Science Advances, descubrió que el CBD mostraba una asociación negativa significativa con las pruebas positivas de COVID en una muestra nacional de registros médicos de pacientes que tomaban el medicamento aprobado por la FDA para tratar la epilepsia. Los investigadores afirman ahora que deberían realizarse ensayos clínicos para determinar si el CBD podría llegar a utilizarse como tratamiento preventivo o precoz de la COVID-19.
Sin embargo, advierten que los efectos de bloqueo de la COVID del CBD sólo provienen de una dosis de alta pureza, especialmente formulada y tomada en situaciones específicas. Los resultados del estudio no sugieren que el consumo de productos disponibles en el mercado con aditivos de CBD que varían en potencia y calidad pueda prevenir la COVID-19.
¿Qué se ha dicho antes?
La planta de cannabis contiene cientos de compuestos llamados cannabinoides. A principios de enero de 2022, investigadores de la Universidad de Oregón publicaron un estudio en el Journal of Natural Products en el que se descubría que tres de los compuestos naturales del cáñamo (cannabis sativa) parecen ser capaces de adherirse a la proteína de la espiga del SARS-CoV-2, impidiendo que entre en las células humanas.
Los investigadores de la Universidad de Oregón probaron una variedad de cannabinoides y otras moléculas naturales contra el Covid-19. En una entrevista con Vice News, el primer autor del estudio y profesor de química medicinal en el Instituto Linus Pauling de la Universidad Estatal de Oregón, Richard van Breeman, dice que él y su equipo querían probar si pequeñas moléculas de la naturaleza podían impedir que el virus SARS-CoV-2 entrara en las células humanas bloqueando la proteína spike.
La proteína spike funciona como una llave para abrir la puerta -algo llamado receptor ACE2- de nuestras células, permitiendo que el virus entre y se replique. Descubrieron que tres compuestos del cáñamo – CBD-A, CBG-A y THV-A – tenían la capacidad de unirse a la proteína spike del SARS-CoV-2.
Las moléculas que se unen a la proteína spike -ya sean anticuerpos o cualquier otra cosa- actúan como un chicle masticado en una llave, haciendo mucho más difícil abrir las puertas de nuestras células. Breeman y sus colegas descubrieron que tres compuestos del cáñamo tenían estructuras que les permitían unirse fuertemente a la proteína espiga.