Chile tiene una regulación peculiar para las drogas. A pesar del paradigma de criminalización por parte de sus organismos de persecusión penal, y especialmente en el caso de la marihuana, existe una regulación que permite consumo hasta la producción en ciertas situaciones. Esta laxa normativa y los posibles cambios que pueden llegar en el próximo gobierno, tienen en alerta a un grupo importante de empresarios chilenos. Algunos apoyando a sus hijos, mientras que otros ya están de cabeza en el cáñamo.
Según DFMás son varias las familias de empresarios, de los más pudientes del país, que tienen entre ceja y ceja el negocio de la cannabis. De hecho, en marzo de este año se constituyó la Asociación Chilena de Cáñamo Industrial (ACCI), que agrupa a cinco empresas de cannabis.
“Tenemos la misión de educar para que se desarrolle esta industria. Esto depende mucho de la política, y acá tenemos un trabajo grande para explicar que esto no es lo mismo que producir marihuana”, explica Felipe Varas, socio de Diamond Hemp, empresa de cáñamo chilena y que antes trabajaba con la gigante canadiense Canopy Growth, que cerró sus operaciones en la región el año pasado para enfocarse en el desarrollo de cannabis recreativo en EEUU y Canadá.
La firma más antigua del rubro en Chile es Agrofuturo, liderada por Álvaro Gómez, que se inició en el negocio en 2003 en la ciudad de Los Ángeles y actualmente comercializa semillas de cáñamo industrial. Otro importante actor que integra la ACCI es Alan Nudman -ligado a Jacques Ergas-, quien con su hermano Ariel fundó Alef Biotecnology con el fin de generar materia prima de derivados de cannabis para la industria farmacéutica.
La empresa fue comprada en 2018 por la canadiense Tilray, y Ariel ejerció durante dos años como gerente general de la multinacional para Latinoamérica, hasta que la compañía se fusionó en mayo con Aphira -ambas empresas abiertas en bolsa- para construir la mayor empresa de cannabis del mundo.
Nudman, ahora fuera de la compañía, comenta: “Hay muchos emprendimientos entretenidos; la industria ya está formada, con empresas abiertas, reguladas, funcionando conforme a la ley, generando productos de calidad para cada industria”. Y agrega que está analizando distintas posibilidades de negocio donde entrar relacionadas al cannabis.
Patagonia Farms, liderada por Nicolás Lyng, también forma parte del gremio. Se define como un emprendimiento farmacéutico de extracción y destilación de CBD a partir de la planta de cáñamo. La empresa planea cultivar 3 hectáreas en una primera etapa y acaba de recibir la aprobación del ISP para la producción de activos farmacéuticos.
“Esto constituye un hito a nivel nacional, al ser el primer laboratorio API aprobado en la historia de Chile”, dice Lyng. Para llevarlo a cabo está levantando capital, principalmente con fondos extranjeros, para la construcción del laboratorio para la producción de CBD con grado farmacéutico para abastecer el mercado internacional.
Los otros miembros de la ACCI son Diamond Hemp, MA Botanics y el emprendedor y académico de la UC Gabriel Gurovich.
Pescados grandes
En diciembre pasado hubo una reunión importante en una plantación de cáñamo en Villa Alegre, Región del Maule. Tanto que uno de los asistentes, el presidente de LATAM, Ignacio Cueto Plaza, llegó en helicóptero al lugar. No hay nada raro; no se trata de cannabis de la que te vuela, si no la que sirve para alimentación a la ganadería y fibra.
Su hijo, Ignacio Cueto Délano, es socio de Diamond Hemp junto a Felipe Varas y Sebastián Cuadra. En esa ocasión invitaron a Matías Landerer y Rodrigo Buzeta, fundadores de MA Botanics, otra empresa nacional del rubro. La idea, según relató DFMás, era ver el terreno con las instalaciones y plantaciones, para trabajar juntos.
Además, a la reunión estuvieron Rodrigo Pucci del Río y Víctor Pucci del Río, vinculados al grupo Derco, quienes andan buscando la posibilidad de armar un fondo para financiar la construcción de un laboratorio en conjunto dedicado a la elaboración de CBD.
A excepción de Cueto Délano -que entró a la empresa a mediados del año pasado- los socios de Diamond Hemp y MA Botanics trabajan en el negocio del cannabis desde hace unos cinco años. En noviembre de 2020 Diamond hizo su primera siembra y en marzo de este año, hizo lo propio la otra firma en Pelarco con 6 mil plantas con flores (altas en CBD).
“Hicimos los análisis de costos del proceso productivo; viajamos a EEUU y Colombia a reunirnos con productores, pero nos dimos cuenta de que el riesgo regulatorio que hay es muy complejo, así que preferimos no entrar”, explica Víctor Pucci.
En ese sentido, según asegura el medio financiero antes citado, habría aparecido un nuevo potencial socio para Diamond Hemp: Nicholas Davis, presidente de EuroAmerica.
Hace algunos días Ignacio Cueto Délano -quien a su vez tiene un startup de algas- recorre Berlín. Junto a sus socios de Diamond Hemp, participa en una feria de cannabis, para exportar ideas al emprendimiento que inician en Chile.
En tanto, su padre, pese al entusiasmo que le habría generado este negocio –hubo reuniones en su casa y su oficina, y visitó las plantaciones de la empresa- no se hizo parte. En su círculo cercano enfatizan que Cueto Plaza no participa en la gestión y que tampoco ha invertido en el sector. “El único interés que tiene es que su hijo tenga éxito en esto”, agrega la misma persona.
Cueto, a su vez le contó del negocio a su amigo Nicholas Davis y lo entusiasmó con la idea de invertir. El dueño del hotel Alaia de Punta de Lobos estaría analizando poner fichas ahí principalmente por una motivación medioambiental. Davis está en una cruzada por invertir en negocios sustentables, y en esa línea la posibilidad de utilizar las semillas y fibras de cáñamo para reemplazar plástico, o elaborar superalimentos, le haría sentido, de la misma forma como es la agricultura regenerativa o la ganadería.
Por eso, insisten en su entorno, está recién mirando el sector, y analizando los riesgos y los prejuicios que existen en esta área. Y aclaran “todo lo que se ha conversado va en base a temas de materia prima del cañamo. No pretende entrar al THC”
El próximo paso
Diamond Hemp, de hecho, tiene actualmente permiso del ISP para operar solo con granos y fibra. Aunque esa es solo la primera etapa. Los socios solicitaron al ISP la licencia de cannabis medicinal y presentaron los planos para la construcción de un laboratorio para trabajar con cannabinoides. Con esa aprobación planean empezar la construcción en 2022. Y en una tercera etapa pretenden solicitar licencia para THC.
MA Botanics, en tanto, está más avanzada, y ya tiene aprobado por cinco años el cultivo de cáñamo. “Somos los únicos que estamos autorizados para producir flores con CBD”, dice Landerer. Ahora están a la espera de la aprobación final para la construcción de un laboratorio para fabricar el principio activo, el que financiarán con una ronda de capital.
El proyecto de esta compañía tiene un foco de I+D, con una primera etapa de investigación -de la mano de UC Davis, U. de Concepción, la Fundación Ciencia y Vida y el Laboratorio Pasteur- para desarrollar genética y posterior clonación de plantas, con el fin de escalar la producción agrícola y desarrollar productos farmacéuticos.
En la propiedad de MA Botanics, además de Landerer, Buzeta y Raimundo Silva, participan el empresario Bob Borowicz -representante de Toyotomi- y el socio de Lotus, Maximiliano Del Río.