Alberto Fernández, Presidente de Argentina, eligió la apertura de sesiones del Congreso para anunciar el proyecto que prevé el cultivo de cannabis con fines de industrialización para uso medicinal e industrial del rubro. Esto tras la legalización del uso medicinal de la planta en dicho territorio.
El “plan cannabis” que anunció el presidente se enmarca, a grandes rasgos, en que -siempre con el Estado como socio- laboratorios, empresas de cosméticos o pequeños productores podrían meterse en este mundo. También apunta a que esta nueva industria nacional sea una nueva forma de traer dólares al país.
“El Ministerio (de Salud) considera estratégico ampliarlo en un proyecto de ley de cannabis medicinal e industrial, porque la ley 27.350 fue totalmente insuficiente para resguardar libertades individuales y asegurar el acceso, y mucho menos lograr priorizar la cadena de valor de los usos del cannabis medicinal”, explica a Clarín Marcelo Morante, líder del Programa de Investigación Médica del Cannabis y médico experto en Medicina del Dolor.
De esta forma, Chile continúa atrás en la regulación de la marihuana bajo estándares actuales; criminalizando a usuarios y no sólo al narcotráfico.
Los pasos que vienen
Revertir ese escenario “que se quedó corto”, fue el primer gran desafío logrado en noviembre de 2020 por la actual ministra de Salud, Carla Vizzotti. También se propuso alentar la producción nacional a través de sus laboratorios nucleados en la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP), y aprobó proyectos de cultivos en Misiones, San Juan, La Rioja, Río Negro e INTA Castelar. Todo en conjunto con el Consejo Consultivo Honorario, que trabaja con las ONG’s -como Mamá Cultiva-, la Red de Usos Medicinales (RACME) del CONICET, universidades nacionales y el Instituto Nacional de Semillas (INASE).
Entonces, las y los pacientes que consumen por motivos medicinales ya no son alcanzados por la legislación penal. Tampoco quienes cultivan en sus casas con el mismo fin y están registrados. También se autorizó el expendio de aceites y otros derivados de la planta en farmacias autorizadas.
Ahora el Gobierno busca asegurar un producto de calidad “con el debido acompañamiento médico”. Pero el plan también crearía una segunda categoría de productos, que no son farmacéuticos, ni medicinales ni de cultivo en el hogar. Por ejemplo, alimentos, bebidas, productos veterinarios, cosmética, farmacéuticos, fitopreparados o fibras. Con sello de la ANMAT. Tal como sucede en Uruguay, que el cannabis medicinal se vende en farmacias y la hierba con cannabis está en las góndolas de cualquier supermercado.