Las preocupaciones del Ministerio Público por el tráfico de drogas en Chile

Según el último informe publicado por esta instancia técnica de la Fiscalía, Chile se transformó en un destino predilecto para narcotraficantes. No sólo por el aumento en el consumo de interno, sino por la fácil exportación a otros mercados más fuertes europeos y estadounidenses.

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El paradigma frente la denominada “guerra contra las drogas” está girando hacia una fórmula más permisiva y con un enfoque más específico contra el narcotráfico. La política de prohibición terminó siendo un fiasco, criminalizando a consumidores y comunidades de bajos recursos, mientras que la droga nunca paró de llegar. De hecho, todo lo contrario.

Es en ese contexto que el Ministerio Público de Chile empezó a realizar una análisis más acabado de la situación actual en el mercado de las drogas; en términos de incautación hacia Chile, producida en Chile, imputados y condenas, alzando preocupaciones en cada uno de estos ámbitos.

En los últimos años, la incautación de Cocaína ha ido a la baja, mientras que la marihuna en una fuerte alza. Llama la atención que en el detalle regional, no existe una uniformidad en la cantidad de incautaciones por lugares. Sin embargo, uno puede ver que las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Metropolitana y O’Higgins es donde más kilogramos se han recolectado por las policías.

Y si bien, el número de imputados por delitos (Ley 20.000) se ha visto estable año a año, los denunciados por microtráfico van en aumento. Si en 2015 hubo 10.918 imputados, en 2019 esa cifra alcanzó los 13.456. Mientras que el narcotráfico pasó de 6.474 imputados a 5.962 en mismo período.

Por su lado, el número de imputados por faltas de la misma Ley va a la baja. Si en 2015 hubo 33.380 personas imputadas, en 2019 esa cifra bajó a 23.481. Y aunque según la Fiscalía esto se debe al estallido social de octubre de 2019, en 2018 el número ya era considerablemente más bajo: 26.778 personas imputadas por faltas a la legislación.

En el número de condenados pasa algo similar, aumentando el número de condenados por delitos en microtráfico y bajando en tráfico. Este es uno de los principales problemas, teniendo en cuenta la jurisprudencia que está tomando la Corte Suprema a raíz del área gris de la legislación frente al microtráfico o consumo personal.

Sin embargo, no siempre es fácil para las policías y el Ministerio Público establecer la diferencia entre una posesión que pueda ser utilizada exclusiva y próxima en el tiempo, como lo establece la Ley o microtráfico. De hecho, muchas personas que hoy cultivan para realizar sus propias medicinas de la cannabis pueden ser consideradas como microtráfico por el volumen a ojos de la Fiscalía. Judicializando a pacientes que nada tienen que ver con el crimen organizado.

Según el Ministerio Público, esta “disminución en imputados y condenados por faltas de Ley de Drogas, se contrapone a los indicadores de resultados de casos de casos de tráfico de drogas, como a los informes nacionales e internacionales de consumo de sustancias ilícitas en el país, que sitúan a Chile entre otros los países de más altos niveles de consumo de marihuana. Lo anterior, implica que la persecución penal del consumo punible en lugares públicos no se esté persiguiendo por las agencias de control, tarea que antes se realizaba con mayor visibilidad”.

Chile: país para blanquear procedencia

En cinco años, desde 2015 hasta 2019, al menos 156.259 kilos de droga que estaban alojados en países vecinos tenían como destino Chile. El 87% de estas sustancias correspondía a marihuana y el resto a cocaína y pasta base. Sin embargo, estos narcóticos no alcanzaron a llegar al país, pues investigaciones judiciales realizadas en las naciones de origen lograron frenar estos envíos de droga.

“Las tres principales regiones que las organizaciones criminales extranjeras utilizarían como punto de ingreso corresponden a las regiones de Antofagasta, Arica y Parinacota y Tarapacá”, indica el informe.

El documento de la fiscalía detalla que el informe de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito de 2019 ubicó a Chile “oficialmente en el tercer lugar a nivel americano, como principal origen de la cocaína que llega a Europa, después de Colombia y Brasil”. Todo eso, principalmente, marcado por el auge de las vías marítimas.

Dicho informe muestra que “la producción de opio y de cocaína se mantiene en niveles récord. Las cantidades incautadas también son más altas que nunca; por ejemplo, la cantidad de cocaína incautada aumentó en 74% en el último decenio, mientras que la fabricación incrementó en un 50% en ese mismo período”.

“Chile estuvo considerado como un país de tránsito hasta mediados de los 90, pero de ahí en adelante ha ido teniendo un mayor rol el consumo interno. Este es un mercado pequeño, no hay organizaciones criminales con estructuras tan sofisticadas como la mexicana o la colombiana, pero hay datos preocupantes”, advierte Lucía Dammert.

Violencia y pasividad policial

En su informe 2020, el Observatorio del Narcotráfico del Ministerio Público de Chile alerta sobre un significativo incremento de la violencia en el tráfico de drogas, asociado a un mayor poder de fuego de las organizaciones criminales. También, el surgimiento de laboratorios de producción locales, la consolidación de la potente y barata marihuana “creepy”, proveniente de Colombia, y el aumento del tráfico marítimo a través de los puertos locales.

El director de la Unidad de Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de la Fiscalía Nacional, Luis Toledo, asegura que “existe un nuevo tiempo en el narcotráfico en nuestro país”. Esto, plantea Toledo, se traduce en un avance rápido de estas bandas que están teniendo “más poder de fuego, más poder de corrupción hacia funcionarios públicos y empresas privadas y con un enfoque claro en drogas sintéticas y el narcotráfico a través del mar”.

En el trasfondo, se observa un modelo de desarrollo urbano altamente segregador y fragmentado. “En los territorios de mayor vulnerabilidad, donde la presencia del Estado y los privados es mucho menor, se han instalado ciertas actividades criminales y en la última década hay cada vez más presencia de grupos vinculados con el narcotráfico”, señala la politóloga Lucía Dammert. El consumo, en tanto, atraviesa todos los niveles sociales.

Puedes leer el informe completo aquí.

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