La industria del ganado revisará la cannabis como alimento

Cada vez son más las industrias que deciden revisar las propiedades de la marihuana. Esto gracias al aumento de la regulación de la cannabis a nivel global y, claro, los avances que se han logrado. Aquí se ve la posibilidad del aporte que podría dar al ganado.

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Una de las aplicaciones industriales del cannabis más estudiadas en años recientes es su uso como alimento, no solo para humanos, sino también para el ganado. Las propiedades nutricionales de las distintas partes de la planta la hacen un candidato ideal para complementar la alimentación de todo tipo de animales de granja, especialmente las variedades de plantas con niveles bajos del ingrediente psicoactivo del cannabis, el THC, como el cáñamo.  

Si bien se puede aprovechar toda la planta como alimento de ganado e incluso como paja para los corrales, son las semillas y el extruido de las mismas que resulta de la extracción del aceite crudo de cáñamo los que destacan como alimento de ganado, esto es por sus altos niveles de proteína, fibra, ácidos grasos y aminoácidos. Además, usar el extruido genera aún más valor agregado a la cadena de aprovechamiento del cáñamo. 

Una porción de 20 gramos de semillas de cáñamo puede contener hasta 9 miligramos de proteínas. En tan solo dos cucharadas de semillas de cannabis hay hasta 330 miligramos de fósforo, 14 miligramos de calcio, 240 miligramos de potasio, 1.5 miligramos de hierro, vitaminas C, B, A, E y 10 aminoácidos esenciales, que no solo ayudan a mejorar la calidad de los productos obtenidos del ganado, también mejoran la salud de los animales. 

Otro mineral importante presente en las semillas es el magnesio, hay hasta 140 miligramos por porción. Esto es particularmente importante para el ganado bovino, pues el mantenimiento de los niveles de magnesio en concentraciones normales es casi totalmente dependiente del aporte de la dieta. La falta de magnesio, especialmente en vacas lecheras, produce tetania hipomagnesémica, que puede llevar a la muerte de los animales.

Estudios científicos han demostrado que la semilla de cáñamo contiene hasta 10 veces más grasas que el maíz, dos veces más que la soya y hasta 25% más calorías que ambas semillas, además su consumo puede ayudar a prolongar la vida de anaquel de la carne y otros productos obtenidos de los animales de granja, esto se ha demostrado en carne de pollo.  

Además, las gallinas cuyo alimento constaba de un 20% de semillas de cannabis produjeron huevos con yemas de alto contenido en Omega 3. Es de gran interés comercial y de salud incorporar estas grasas, también conocidas como ácidos grasos poliinsaturados o AGP, en la dieta de los animales pues llegarían hasta el consumidor humano a través de la carne, leche y huevos.  

El ser humano debe consumir Omega 3 y Omega 6 de fuentes externas ya que estas grasas también conocidas como ácidos grasos poliinsaturados o AGP, no se producen dentro del cuerpo y son necesarias para mantener el buen funcionamiento del cerebro, sistema cardiovascular y otros sistemas del cuerpo.  

En Estados Unidos, el cáñamo es legal a nivel federal y ya se estudia como alimento de ganado en al menos 40 estados, mientras en Europa, la autoridad para la seguridad de alimentos publicó una guía en la que recomienda el porcentaje de incorporación de cannabis en la dieta del ganado e incluso la parte de la planta que se debe dar a los animales de acuerdo a sus necesidades. Este consumo de cannabis también tiene un impacto ecológico, pues los animales que consumen este alimento sueltan menos gases a la atmósfera, reduciendo la emisión de contaminantes. 

Esto también tiene impacto económico, pues se estima que el mercado mundial de alimento para ganado tuvo un valor estimado de 74 mil 800 millones de dólares, con un crecimiento anual de 3.2%. México, que es uno de los principales productores de alimento balanceado para ganado, importa 18 millones de toneladas de maíz amarillo para alimento animal que equivalen a aproximadamente 3 mil 600 millones de dólares anuales, la legalización haría que parte de ese dinero se quedara en el país gracias a esta nueva tendencia de alimentación animal, que además generaría empleos.  

Un esquema de legalización que permita aprovechar todos los beneficios industriales de la planta, como la que ya se discute en la Cámara de Diputados, representa una opción más de crecimiento para el mercado de esta planta a nivel nacional y un camino hacia una economía verde. 

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