La revisión se realizó a petición del presidente Joe Biden, quien instruyó al HHS
en una orden ejecutiva emitida en octubre de 2022 para revisar todas las investigaciones disponibles sobre el cannabis y recomendar si la droga debe trasladarse dentro de la lista de drogas controladas por el gobierno federal o eliminarse de ella por completo. Bloomberg informó por primera vez en agosto que el HHS había recomendó trasladar marihuana a la Lista III, y el desahogo de estos documentos el viernes lo confirma.
La Administración para el Control de Drogas tendrá la última palabra en cualquier cambio a la clasificación de la marihuana bajo la ley federal, con una decisión esperada en los próximos meses.
Los documentos fueron entregados a los abogados de cannabis Matt Zorn y Shane Pennington y
publicado en su blog On Drugs. Los documentos fueron dados a conocer como resultado de una demanda presentada por Zorn y Pennington.
La legalización del cannabis se ha extendido rápidamente por todo el país en la última década. Dos docenas de estados —que representan a más de la mitad de la población estadounidense— han legalizado la posesión y el uso para adultos, mientras que 38 estados han establecido programas de marihuana medicinal.
La revisión del cannabis se basó en ocho criterios científicos diferentes, entre ellos su potencial de abuso, el estado del conocimiento científico actual y la probabilidad de dependencia psicológica o fisiológica.
Si bien hay docenas de afecciones médicas para las que la gente usa cannabis, la FDA analizó siete: anorexia, ansiedad, epilepsia, enfermedad inflamatoria intestinal, náuseas y vómitos, dolor y trastorno de estrés postraumático.
La revisión “identificó hallazgos mixtos de efectividad en todas las indicaciones”. Algunos datos no fueron concluyentes, algunos fueron favorables y la “mayor base de evidencia de efectividad existe para el consumo de marihuana dentro de la indicación del dolor (en particular, dolor neuropático)”.
Eso es un gran cambio porque la posición de la marihuana en el Anexo I indicaba que el gobierno federal cree que no hay indicios de uso médico para la marihuana —y esta revisión lo contesta inequívocamente.
La FDA también determinó que el riesgo para la salud pública y el potencial de abuso son menores que otros medicamentos programados. La revisión de la FDA concluyó que si bien el 10 por ciento de las admisiones por trastorno por uso de sustancias en 2020 fueron por marihuana, el riesgo es mucho menor que otras drogas peligrosas como la heroína y la cocaína. Decidieron esto después de pasar por numerosas bases de datos que realizan un seguimiento de las visitas a urgencias, muertes por sobredosis, hospitalizaciones y más.
De igual manera, encontraron que el trastorno por consumo de cannabis —que se define como dependencia psicológica— oscila entre el 10 y el 20 por ciento en las personas que consumen cannabis regularmente. Eso es menor que el tabaco, los opiáceos y el alcohol.
Hasta 40 a 50 por ciento de las personas que consumen marihuana regularmente también pueden experimentar dependencia física, pero la FDA concluyó que los síntomas son leves —cosas como irritabilidad, dificultad para dormir, ansiedad e inquietud. Algunas personas también experimentan depresión, malestar físico, sudoración y dolores de cabeza.
En cuanto al alcance, duración e importancia del abuso, la FDA encontró que el alcohol, la heroína y la cocaína tienen las mayores consecuencias adversas, mientras que la marihuana ocupa un lugar más bajo. Cabe destacar que se encontraba en el grupo más bajo clasificado para resultados médicos graves como la muerte.
“Aunque el abuso de marihuana produce pruebas claras de consecuencias nocivas, incluido el trastorno por consumo de sustancias, son relativamente menos comunes y menos dañinas que algunas otras drogas de comparación”, se lee en la revisión.
Fuente de información: POLITICO