Investigación desmitifica la caricatura del “volado flojo”

La Universidad de Cambridge asegura que los consumidores de cannabis no muestran ninguna diferencia en su motivación al estar bajo su influencia, sea por el placer obtenido o la respuesta del cerebro a la búsqueda de recompensas en comparación con quienes no consumen la hierba.

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“Los volados son todos flojos. Es cosa de verlos, seguramente comiendo papitas fritas y viendo la televisión, sin ni siquiera entender lo que está viendo”.

Es la visión de muchos contemporáneos de Richard Nixon y su amigote Kissinger. La maquinaria comunicacional que utilizaron durante décadas permeó el pensamiento de millones, provocando la encapsulación de una caricatura que para muchos no es tal. Así lo revisó la Universidad de Cambridge, en su último estudio publicado en la Revista NeuroScience News.

Este trabajo desafía este estereotipo, mostrando que los usuarios habituales no parecen más propensos a la falta de motivación en comparación con los no usuarios. La investigación tampoco encontró diferencias en la motivación por las recompensas, el placer obtenido por las mismas o la respuesta del cerebro al buscarlas, en comparación con los no usuarios.

“Estamos tan acostumbrados a ver ‘fumetas perezosos’ en nuestras pantallas que no nos paramos a preguntar si son una representación exacta”, dijo Martine Skumlien, estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge y primera autora de la investigación. “Nuestro trabajo implica que (…) las personas que consumen cannabis no tienen más probabilidades de carecer de motivación o ser más perezosas que las personas que no lo hacen”.

El cannabis es la tercera sustancia controlada más consumida en todo el mundo, después del alcohol y la nicotina. Un informe de 2018 del Equipo de Estilos de Vida del NHS Digital afirmaba que casi uno de cada cinco (19%) de los jóvenes de 15 años en Inglaterra había consumido cannabis en los 12 meses anteriores, mientras que en 2020 el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas informó de que la proporción en Estados Unidos era del 28% de los jóvenes de 15 a 16 años.

Skumlien afirmó al Guardian que fumar cannabis puede asociarse a otras consecuencias negativas, pero que el estereotipo del fumador es “estigmatizante” y puede hacer que los mensajes sobre la reducción de daños sean menos eficaces. “Tenemos que ser honestos y francos sobre cuáles son y cuáles no son las consecuencias perjudiciales del consumo de drogas”, añadió.

En el estudio participaron 274 adolescentes y adultos consumidores de cannabis, que lo habían consumido al menos una vez a la semana durante los últimos tres meses, con una media de cuatro días a la semana, y un grupo de no consumidores emparejados por edad y sexo. Los participantes rellenaron cuestionarios para medir los niveles de anhedonia (falta de placer) y apatía, como por ejemplo cuánto disfrutaban de estar con la familia y los amigos o qué probabilidades había de llegar a un trabajo hasta el final.

Los consumidores de cannabis obtuvieron una puntuación ligeramente inferior a la de los no consumidores en lo que respecta a la anhedonia -parecen más capaces de disfrutar-, pero no hubo diferencias en lo que respecta a la apatía. Los investigadores tampoco encontraron ninguna relación entre la frecuencia del consumo de cannabis y la apatía o la anhedonia en las personas que lo consumían. En un trabajo publicado a principios de año, el equipo tampoco mostró diferencias en las respuestas cerebrales a la recompensa en los consumidores de cannabis en comparación con los no consumidores.

Todos los participantes estaban sobrios durante el estudio y es posible que la motivación de las personas disminuya mientras están bajo la influencia de la droga; esta cuestión se está investigando en la siguiente fase de la investigación.

¿De dónde nace el estereotipo?

LMJ nace bajo el concepto que los volados no somos lo que dibujan las series de TV, las películas y los gobiernos prohibicionistas. Un estereotipo común de los consumidores de cannabis es el del “volado”, donde se caracteriza en personajes como Jesse Pinkman en “Breaking Bad”, el Dandy en “El gran Lebowski” o, más recientemente, Argyle en “Stranger Things”. Se trata de individuos que generalmente son representados como perezosos y apáticos.

Esto ha generado una realidad paralela en el común, donde una persona funcional es puesta en duda por su consumo de cannabis y gravemente perseguido en lugares laborales o en núcleos familiares. Algo que con el tiempo ha ido cambiando, como en Amazon, empresa más grande del mundo y que hace ya meses revisó sus políticas laborales para permitir el consumo de cannabis fuera del horario laboral (a menos que sea medicinal).

Al mismo tiempo, ha habido una considerable preocupación por el impacto potencial del consumo de cannabis en el cerebro en desarrollo y que el consumo de cannabis durante la adolescencia podría tener un efecto perjudicial en un momento importante de la vida de un individuo. Todo cuando la regulación busca tener un mayor control en esos rangos etarios.

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