Cuanto más temprana sea la edad en el primer consumo de cannabis o en el uso indebido de medicamentos recetados más rápido es el desarrollo de los trastornos por consumo de sustancias, según un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, que ha medido la prevalencia de nueve trastornos por consumo de sustancias tras el primer uso o abuso de sustancias en los jóvenes.
“Sabemos que los jóvenes son más vulnerables a desarrollar trastornos por consumo de sustancias, pero los conocimientos son limitados en cuanto a cómo varía la prevalencia de los trastornos por consumo de sustancias específicas según el tiempo transcurrido desde el primer uso o abuso de sustancias entre los adolescentes y los adultos jóvenes en los Estados Unidos”, explica la doctora Nora Volkow, directora del NIDA y autora principal del análisis.
El nuevo trabajo, publicado en la revista ‘JAMA Pediatrics’, muestra que, en el tiempo que transcurre tras probar por primera vez el cannabis o consumir por primera vez medicamentos con receta, los porcentajes de jóvenes que desarrollan el correspondiente trastorno por consumo de sustancias son mayores entre los adolescentes (de 12 a 17 años) que entre los adultos jóvenes (de 18 a 25 años).
Un producto ilegal cuyo aumento en el consumo es mayor que un producto similar como el cigarrillo, deja en claro la necesidad por regular de mejor manera en vez de prohibir completamente. De hecho, la data de los lugares que sí se ha regulado muestra una disminución en el consumo de menores de edad, a medida que el mercado de la cannabis crece.
El entorno es esencial
Por su parte, Anneliese Dörr, doctora en psicología y directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, tomó las cifras con preocupación pero dio un dato importante sobre cosas más allá del consumo:
“La marihuana, contiene altas concentraciones de THC, compuesto responsable de sus efectos placenteros y adictivos. En todo caso, hay que aclarar que la mayoría de los jóvenes adolescentes pasan esta etapa sin desarrollar una adicción. No es cualquier joven el que cae en la adicción. Hay factores de riesgo que juegan un rol fundamental como son; el entorno (amigos, padres, educación, factores vulnerabilidad social, la cultura imperante) y la personalidad (baja autoestima, búsqueda de sensaciones, pocas relaciones, timidez o fobia social)”.
Al respecto, Lilian Hitelman, psicoanalista e integrante de la Asociación Médica para la Prevención (AMP) señaló que “el consumo de marihuana es un problema muy serio, incluso más grave que el consumo de las llamadas drogas duras. Su uso en adolescentes es más común, de mayor prevalencia que otras drogas. Esto hace que se transforme en un problema de salud pública al abarcar un alto porcentaje de jóvenes que consumen”.